Es una situación embarazosa, de esos que nos ponen en un aprieto y nunca mejor dicho. Ir en el autobús, metro u otro tipo de medio de transporte público y sufrir un inesperado retortijón que haga necesaria la visita urgente al baño. Eso es lo que ocurrió hace un par de semanas a Adam Greenwood, un joven británico de 16 años, que viajaba de Euston a Glasgow y que tuvo que ir al servicio del tren en el que viajaba porque no aguantaba ni un solo segundo más.
Para su desdicha, tuvo la mala suerte de no llevar ni un pañuelo encima y tampoco había papel higiénico en el WC del tren. Por ello, ni corto ni perezoso decidió escribir un tuit a la compañía ferroviaria diciéndoles que le llevaran urgentemente un rollo hasta allí.
Sorprendentemente, unos minutos más tarde un revisor le contestó diciendo que en que vagón se encontraba para llevárselo. Tras dar con la situación exacta del baño, el rollo de papel higiénico ya estaba con él. Eso sí, tuvo mala suerte que este no llegó a tiempo y se pasó su parada. Tuvo que gastar unos minutos en el tren.
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